EXTRACTOS DEL NOVENO LIBRO DE "LA METAMORFOSIS O EL ASNO DE ORO" DE LUCIO APULEYO.
Noveno libro
Argumento
En este noveno libro cuenta la astucia del asno cómo escapó de la muerte; de donde se siguió otro mayor peligro, que creyeron que rabiaba y con el agua que bebió vieron que estaba sano. Cuenta asimismo de una mujer que engañaba a su marido, porque su enamorado, diciendo que quería comprar un tonel viejo, burló al marido. Ítem el engaño de las suertes que traían aquellos sacerdotes de la diosa Siria y cómo fueron tomados con el hurto; y de cómo fue vendido a un tahonero, donde cuenta de la maldad de su mujer y de otras; y después fue vendido a un hortelano; y de la desdicha que vino a toda la gente de casa; y cómo un caballero lo tomó al hortelano; y el hortelano lo tomó por fuerza al caballero y se escondió con el asno, donde después fue hallado.
Capítulo I
Cómo Lucio, asno, fue libre de la muerte con buena astucia, por dos veces que se le ofreció: una, de las manos de un cocinero que le quería matar, y otra, de los criados de la casa que presumieron rabiaba.
"....y uno de aquéllos, que parece que fue enviado del cielo para mi defensor, mostró a los otros un tal argumento para conocimiento de mi sanidad, diciendo que me pusiesen para beber una caldera de agua fresca, y si yo sin temor y como acostumbraba llegase al agua y bebiese de buena voluntad, supiesen que yo estaba sano y libre de toda enfermedad, y, por el contrario, si vista el agua hubiese miedo y no la quisiese tocar, tuviesen por muy cierto que aquella rabia mortal duraba y perseveraba en mí, y que esto tal se solía
guardar, según se cuenta en los libros antiguos".
Capítulo II
En el cual cuenta Lucio que oyó haber acontecido en un lugar donde llegaron un día; cómo una mujer engañó graciosamente a su marido por gozar de un enamorado que tenía.
"...oíles contar una graciosa historia que había acaecido de una mujer casada con un hombre pobre trabajador, la cual quiero que también sepáis vosotros. Éste era un hombre que se alquilaba para ir a trabajar, y con aquello poco que ganaba se mantenían miserablemente; tenía una mujercilla, aunque también pobre, pero galana y requebrada. Un día, de mañana, como su marido se fuese a la plaza donde lo alquilaban para trabajar, vino el enamorado de su mujer y lanzose en casa; como ellos estuviesen a su placer, encerrados en el palacio, el marido, que ninguna cosa de aquello sabía ni sospechaba, tornó de improviso a casa, y, como vio la puerta cerrada, alabando la bondad y continencia de su mujer, llamó a la puerta, silbando, porque la mujer conociese que venía; entonces la mujer, que era maliciosa y astuta para tales sobresaltos, abrazando y halagando a su enamorado, hízolo meter en un tonel viejo que estaba a un rincón de casa, medio roto y vacío..."
"...quitose el capote y tomó la mujer el candil; él entró en el tonel y comenzole a raer aquellas costras. El adúltero, como vio la mujer estar bajada, alumbrando a su marido, burlábala; y ella, con astucia, metida
la cabeza en el tonel, burlaba del marido..."
Capítulo III
En el cual Lucio cuenta una astuta manera de que usaban los echacuervos para sacar dineros, y cómo fueron presos vilmente por haber hurtado de su templo un cántaro de oro, y cómo fue el asno vendido a un tahonero, y del trabajo que allí le sucedió.
"...porque en cada quintería de aquéllas la sacaban para responder y engañar a los que les preguntaban y consultaban sobre cosas varias, y la suerte decía de esta manera: "Por ende los bueyes juntos aran la tierra, porque para el tiempo venidero nazcan los trigos alegres"".
"...porque otro día siguiente bien de mañana yo fui ligado a una piedra de aquéllas, que parecía ser la mayor de todas, y cubierta mi cara fui compelido a caminar por aquel espacio redondo de la canal torcida, en manera que yo, retornando y rehollando mis pasos en la redondez de aquel término recíproco, andaba vagando por error cierto, y no olvidando mi sagacidad y prudencia, fácilmente me di a la novedad de mi servicio;...".
"...por donde yo conocí que no sin causa aquel divino autor de la primera poesía, deseando mostrar un varón de gran prudencia entre los griegos, celebró y alabó a Ulises haber alcanzado las soberanas virtudes por haber andado muchas ciudades y conocido diversos pueblos; así que yo, recordándome de esto, hacía muchas gracias a mi asno porque me traía encubierto con su figura, ejercitándome por muchos diversos casos y fortunas; por lo cual, si no fue prudente, al menos me hizo sabedor de muchas cosas."
Capítulo IV
En el cual Lucio cuenta un gracioso acontecimiento; en el cual la mujer del tahonero, su amo, gozó un enamorado que tenía, y cómo tomándolos juntos los castigó, en la cual venganza le ahorcaron por arte de encantamiento.
"Aquel molinero que me compró era hombre de bien y de buena conversación y tenía una mujer la más pésima y mala que ninguna podía ser, con la cual él pasaba mucha pena y enojo en su casa; que por cierto yo había mancilla de aquel buen hombre, porque ningún vicio faltaba en aquella mala mujer, que todos se habían lanzado en su cuerpo como en una sucia necesaria: soberbia, cruel, lujuriosa, borracha, porfiada, avara en robar de donde pudiese, gastadora en cosas sucias, enemiga de fe y de honra, menospreciaba los dioses y mentía jurando por ellos, y con estos juramentos engañaba a todos y al mezquino de su marido; embeodábase luego de mañana y todo el día gastaba con sus enamorados."
"No temas, hijo, que de mí te pueda venir mal ninguno, porque yo no soy bárbaro ni hombre rústico, ni tampoco hayas miedo que te mataré con humo de piedra azufre mortal, como mi vecino el peraile, ni tampoco te acusaré para degollarte por la severidad del derecho ni por el rigor de la ley de los adúlteros, siendo tú tan hermoso y lindo mancebo. Mas cierto yo te trataré igualmente con mi mujer, y no te apartaré de mi heredad; más comúnmente partiré contigo y sin ninguna disensión ni controversia; todos tresmoraremos en uno, porque siempre yo viví con mi mujer en tanta concordia, que, según la sentencia de los sabios, siempre una cosa agradaba a entrambos. Pero la misma razón no padece ni consiente que tenga más autoridad la mujer que el marido".
"El tahonero dio carta de quito a la mujer y luego la echó de casa. Ella, cuando se vio desechada del
marido y fuera de su casa, así con verse injuriada como con la gran malicia y natural perversidad de corazón, tornose al armario de sus maldades y armose de las artes que comúnmente usan las mujeres, y con mucha
diligencia buscó una mala vieja hechicera..."
"...mas en sueños le había aparecido el espíritu de su padre, muy lloroso, atada la soga a la garganta, y le contó toda la maldad y traición de su madrastra, del adulterio que le cometiera, de los hechizos y de cómo lo hizo endemoniado descender a los infiernos..."
Capítulo V
Cómo Lucio fue vendido a un hortelano y cuenta un acontecimiento notable que sucedió en la casa de un caballero amigo del hortelano su amo.
"El mozo hizo lo que le fue mandado; pero la gallina, desechando el nidal acostumbrado, púsose allí delante los pies de su señor y echó un parto que no era huevo, pero era un pollo hecho con sus plumas, pies y ojos y voz perfecta, lo cual fue tenido por un anuncio de lo porvenir, y luego comenzó a andar tras de su madre. No menor agüero y que con mucha razón se podrían espantar los que lo viesen aconteció luego, el cual fue que debajo de la mesa donde comían se abrió tierra, de donde salió una fuente de mucha sangre, y de la sangre que saltaba se bañó toda la mesa. Estando ellos maravillados y espantados de este tan gran milagro, vino corriendo el despensero que tenía cargo de la bodega, haciendo cómo todo el vino que había encerrado en los toneles y botas hervía tan reciamente y con tanto calor como si gran fuego le metiesen debajo.
Entre tanto que esto se decía, vino por allí una comadreja, que traía de fuera una culebra muerta en la boca. Asimismo de la boca de un mastín de ganado salió una rana verde, y un carnero que estaba allí cerca arremetió con el perro y diole un bocado que lo ahogó. Estas cosas y otras semejantes pusieron tanto miedo en los corazones de aquel señor y de todos los de su casa, que les dio mucha aflicción y los llegó a lo último de su vida y los puso en mucha fatiga, pensando qué era lo primero o lo postrero, o qué era lo más o lo menos que habían de hacer para aplacar las grandes amenazas de los dioses, y con cuáles y cuántas animalías y víctimas habían de procurar de amansar su ira."
"Éstas eran aquellas cosas que predestinaban los prodigios agüeros y lo que habían anunciado a aquel viejo, el cual, aunque estaba cercado de tantos males, nunca pudo lanzar de sí una palabra ni lágrima siquiera; pero arrebata un cuchillo con que cortaba queso y repartía de la comida entre sus convidados, y a la manera de su hijo se dio muchos golpes por la garganta, hasta que se mató, y temblando cayó sobre la mesa, y con el arroyo de su nueva sangre lavó las mancillas de la otra prodigiosa."
Capítulo VI
Cómo un caballero tómo el asno al hortelano por fuerza, y cómo, por industria, derrocó él al caballero del caballo, y puesto en el suelo tuvo lugar de huir.
"Entonces aquellos sus compañeros fuéronse a la justicia, y mintiendo le dijeron que habían perdido en el camino una copa rica y de mucho precio de su capitán, y que la había hallado un hortelano, el cual no se la quería restituir, por lo cual estaba escondido en casa de un su amigo. Entonces los alcaldes, conociendo el daño y el nombre del capitán, vinieron a las puertas de nuestra posada y claramente dijeron a nuestro huésped que aquellos que tenía escondidos dentro en su casa, pues sabía que era más cierto que lo cierto, que luego nos entregase antes que incurriese en pena de su propia cabeza".
"...y descubierta la cesta hallaron dentro el mezquino del hortelano, el cual, sacado de allí, lo presentaron ante los alcaldes, y ellos lo mandaron llevar a la cárcel pública, para que pagase la pena que merecía; y en todo esto nunca cesaron de burlar con gran risa de mi asomada a la fenestra, de donde asimismo nació aquel muy usado y común proverbio de la mirada y sombra del asno".
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