sábado, 28 de diciembre de 2013

¿DE QUÉ SIRVE SER PROFESOR? POR UMBERTO ECO.

¿DE QUÉ SIRVE SER PROFESOR?



En el alud de artículos sobre el matonismo en la escuela he leído un episodio que, dentro de la esfera de la violencia, no definiría precisamente al máximo de la impertinencia... pero que se trata, sin embargo, de una impertinencia significativa. Relataba que un estudiante, para provocar a un profesor, le había dicho: "Disculpe, pero en la época de Internet, usted, ¿para qué sirve?"

El estudiante decía una verdad a medias, que, entre otros, los mismos profesores dicen desde hace por lo menos veinte años, y es que antes la escuela debía transmitir por cierto formación pero sobre todo nociones, desde las tablas en la primaria, cuál era la capital de Madagascar en la escuela media hasta los hechos de la guerra de los treinta años en la secundaria. Con la aparición, no digo de Internet, sino de la televisión e incluso de la radio, y hasta con la del cine, gran parte de estas nociones empezaron a ser absorbidas por los niños en la esfera de la vida extraescolar.

De pequeño, mi padre no sabía que Hiroshima quedaba en Japón, que existía Guadalcanal, tenía una idea imprecisa de Dresde y sólo sabía de la India lo que había leído en Salgari. Yo, que soy de la época de la guerra, aprendí esas cosas de la radio y las noticias cotidianas, mientras que mis hijos han visto en la televisión los fiordos noruegos, el desierto de Gobi, cómo las abejas polinizan las flores, cómo era un Tyrannosaurus rex y finalmente un niño de hoy lo sabe todo sobre el ozono, sobre los koalas, sobre Irak y sobre Afganistán. Tal vez, un niño de hoy no sepa qué son exactamente las células madre, pero las ha escuchado nombrar, mientras que en mi época de eso no hablaba siquiera la profesora de ciencias naturales. Entonces, ¿de qué sirven hoy los profesores?

He dicho que el estudiante dijo una verdad a medias, porque ante todo un docente, además de informar, debe formar. Lo que hace que una clase sea una buena clase no es que se transmitan datos y datos, sino que se establezca un diálogo constante, una confrontación de opiniones, una discusión sobre lo que se aprende en la escuela y lo que viene de afuera. Es cierto que lo que ocurre en Irak lo dice la televisión, pero por qué algo ocurre siempre ahí, desde la época de la civilización mesopotámica, y no en Groenlandia, es algo que sólo lo puede decir la escuela. Y si alguien objetase que a veces también hay personas autorizadas en Porta a Porta (programa televisivo italiano de análisis de temas de actualidad), es la escuela quien debe discutir Porta a Porta. Los medios de difusión masivos informan sobre muchas cosas y también transmiten valores, pero la escuela debe saber discutir la manera en la que los transmiten, y evaluar el tono y la fuerza de argumentación de lo que aparecen en diarios, revistas y televisión. Y además, hace falta verificar la información que transmiten los medios: por ejemplo, ¿quién sino un docente puede corregir la pronunciación errónea del inglés que cada uno cree haber aprendido de la televisión?

Pero el estudiante no le estaba diciendo al profesor que ya no lo necesitaba porque ahora existían la radio y la televisión para decirle dónde está Tombuctú o lo que se discute sobre la fusión fría, es decir, no le estaba diciendo que su rol era cuestionado por discursos aislados, que circulan de manera casual y desordenado cada día en diversos medios –que sepamos mucho sobre Irak y poco sobre Siria depende de la buena o mala voluntad de Bush. El estudiante estaba diciéndole que hoy existe Internet, la Gran Madre de todas las enciclopedias, donde se puede encontrar Siria, la fusión fría, la guerra de los treinta años y la discusión infinita sobre el más alto de los números impares. Le estaba diciendo que la información que Internet pone a su disposición es inmensamente más amplia e incluso más profunda que aquella de la que dispone el profesor. Y omitía un punto importante: que Internet le dice "casi todo", salvo cómo buscar, filtrar, seleccionar, aceptar o rechazar toda esa información.

Almacenar nueva información, cuando se tiene buena memoria, es algo de lo que todo el mundo es capaz. Pero decidir qué es lo que vale la pena recordar y qué no es un arte sutil. Esa es la diferencia entre los que han cursado estudios regularmente (aunque sea mal) y los autodidactas (aunque sean geniales).

El problema dramático es que por cierto a veces ni siquiera el profesor sabe enseñar el arte de la selección, al menos no en cada capítulo del saber. Pero por lo menos sabe que debería saberlo, y si no sabe dar instrucciones precisas sobre cómo seleccionar, por lo menos puede ofrecerse como ejemplo, mostrando a alguien que se esfuerza por comparar y juzgar cada vez todo aquello que Internet pone a su disposición. Y también puede poner cotidianamente en escena el intento de reorganizar sistemáticamente lo que Internet le transmite en orden alfabético, diciendo que existen Tamerlán y monocotiledóneas pero no la relación sistemática entre estas dos nociones.

El sentido de esa relación sólo puede ofrecerlo la escuela, y si no sabe cómo tendrá que equiparse para hacerlo. Si no es así, las tres I de Internet, Inglés e Instrucción seguirán siendo solamente la primera parte de un rebuzno de asno que no asciende al cielo.


Umberto Eco (En el Diario La Nación 18.02.10).

martes, 17 de diciembre de 2013

"CAPERUCITA ROJA Y EL LOBO" DE ROALD DALH

Caperucita Roja y el Lobo.


Estando una mañana haciendo el bobo
le entró un hambre espantosa al Señor Lobo,
así que, para echarse algo a la muela,
se fue corriendo a casa de la Abuela.
“¿Puedo pasar, Señora?”, preguntó.
La pobre anciana, al verlo, se asustó
pensando: “¡Este me come de un bocado!”.

Y, claro, no se había equivocado:
se convirtió la Abuela en alimento
en menos tiempo del que aquí te cuento.
Lo malo es que era flaca y tan huesuda
que al Lobo no le fue de gran ayuda:
“Sigo teniendo un hambre aterradora…
¡Tendré que merendarme otra señora!”.

Y, al no encontrar ninguna en la nevera,
gruñó con impaciencia aquella fiera:
“¡Esperaré sentado hasta que vuelva
Caperucita Roja de la Selva!”

-que así llamaba al Bosque la alimaña,
creyéndose en Brasil y no en España-.
Y porque no se viera su fiereza,
se disfrazó de abuela con presteza,
se dio laca en las uñas y en el pelo,
se puso la gran falda gris de vuelo,
zapatos, sombrerito, una chaqueta
y se sentó en espera de la nieta.

Llegó por fin Caperucita a mediodía
y dijo: “¿Cómo estás, abuela mía?
Por cierto, ¡me impresionan tus orejas!”.

“Para mejor oírte, que las viejas
somos un poco sordas”. “¡Abuelita,
qué ojos tan grandes tienes!”. “Claro, hijita,
son las lentillas nuevas que me ha puesto
para que pueda verte Don Ernesto
el oculista”, dijo el animal

mirándola con gesto angelical
mientras se le ocurría que la chica
iba a saberle mil veces más rica
que el rancho precedente. De repente

Caperucita dijo: “¡Qué imponente
abrigo de piel llevas este invierno!”.

El Lobo, estupefacto, dijo: “¡Un cuerno!
O no sabes el cuento o tú me mientes:
¡Ahora te toca hablarme de mis dientes!
¿Me estás tomando el pelo…? Oye, mocosa,
te comeré ahora mismo y a otra cosa”.

Pero ella se sentó en un canapé
y se sacó un revólver del corsé,
con calma apuntó bien a la cabeza
y -¡pam!- allí cayó la buena pieza.

Al poco tiempo vi a Caperucita
cruzando por el Bosque… ¡Pobrecita!
¿Sabéis lo que llevaba la infeliz?
Pues nada menos que un sobrepelliz
que a mí me pareció de piel de un lobo
que estuvo una mañana haciendo el bobo.

Roald Dalh

lunes, 9 de diciembre de 2013

"CARTA DE DIOS AL HOMBRE" DE ISAAC ASIMOV.

CARTA DE DIOS AL HOMBRE



Estimado y temido Hombre Todopoderoso:

Me dirijo a usted para hacerle llegar un ruego que espero pueda ser atendido por su parte. Seguramente habrá usted oído hablar de mí, soy dios, ese ser que los suyos crearon hace muchos, muchísimos años, cuando todavía su especie apenas si se distinguía del resto de los animales. Cuando el desconocimiento, el temor, el deseo de protección y la ignorancia les hacía tan vulnerables como cualquier otro animal.

Me crearon ustedes a su imagen y semejanza, adornado con todos sus defectos y virtudes, en aquellos tiempos primitivos era hasta divertido ser dios, mejor dicho ser dioses, porque eran demasiadas sus necesidades como para crear un solo dios.

Me crearon, pero me crearon esclavo de sus creencias y sus necesidades. Me imaginaron bajo distintas formas y atributos. Cada nuevo creyente me ataba, y me sigue atando, con sus cadenas exigiendo de mí que le ayude a paliar su dolor y su ignorancia.

Me crearon, nos crearon cuando todavía no comprendían el mundo que les rodea y las leyes que lo rigen. Cuando iganoraban que podían existir leyes que rigen el mundo y el universo. Por eso me crearon, nos crearon tan disparatados, nos crearon con arreglo a sus propias fantasías y temores. Tan disparatado como sólo la mente de un niño puede crear un ser inventado para que le ayude. Mi historia Señor es muy triste, es la historia de un ser creado para paliar sus temores, sus ambiciones, su ignorancia y sus enfermedades. Desde el primer momento se me utilizó como justificación de todos los desmanes y egoísmos propios de su especie. Se me utilizó para justificar sus enfrentamientos, para justificar el poder que algunos hombres se atribuían, para que unos hombres dominaran a otros, para imponer sus normas y sus creencias diciendo que procedían de mí. Para que unos hombres se proclamaran portavoces de mi voluntad descalificando, en mi nombre, a todos aquellos que no creían en sus palabras.

Desde el primer momento ustedes crearon guerras entre nosotros para justificar sus intereses. Nos utilizaron para justificar sus deseos de conquista, para vencer al contrario, para someterlo. Nos utilizaron para justificar la inmensidad de muertos, heridos, torturados que esas guerras generaron y generan.

Nos utilizaron para justificar sus odios, su voracidad, sus deseos de venganza. No creo que haya maldad en que ustedes no hayan invocado mi nombre. Creo Hombre, que no ha habido ocasión en su historia personal y colectiva donde no se hayan invocado mi nombre, o nuestros nombres, para defender sus intereses manifiestos y ocultos.

En mi nombre, en nuestro nombre se han cometido y se siguen cometiendo infinidad de matanzas, crímenes y tropelías que no tienen más justificación que sus propios intereses.

Bajo la apariencia de seres infinitamente poderosos no somos más que esclavos de sus creencias, esclavos nos crearon y esclavos seguimos, y así seguiremos mientras no nos liberen de esas cadenas que a ustedes les parecen tan justas, creyendo que nos alaban y que nos gustan.

Son las mismas cadenas con que los poderosos de su especie les atan a ustedes cuando dicen que interpretan nuestra voluntad, nuestras palabras y nuestros deseos.

Su especie, Hombre, ha avanzado mucho, no tanto como debiera porque en nuestro nombre también se ha procurado detener el avance de su especie, se han forjado mentiras inmensas, espantosas falsedades destinadas a detener su avance, se han matado y destruído a aquellos hombres y obras que abrían brechas en las murallas de la ignorancia.

Pese a todo ha avanzado lo suficiente para que ya no necesite creer en seres mágicos creados por su imaginación hace mucho, muchísimo tiempo. Pese a todo hoy sabe que el mundo, el universo se rige por leyes, no por mi voluntad, no por nuestra voluntad.

Todavía les falta por descubrir las muchas leyes que permanecen ocultas, pero sí saben que esas leyes existen, aunque aún no las conozcan. Ya no tienen necesidad de nosotros, ya no tienen necesidad de seres mágicos que guíen sus pasos en la oscuridad y en la ignorancia.

Tomen en sus manos las riendas de su destino, averigüen las leyes que rigen todo y déjenme, déjennos descansar en paz. No me usen para justificar sus ambiciones, sus deseos, sus intereses, sus desmanes o sus atrocidades.

Por eso Hombre Todopoderoso te dirijo esta carta rogándote que me liberes de tus cadenas, de tus creencias, de tu ignorancia y de tus miedos. Cada vez que sientas la tentación de creer en mí pregúntate quién ha creado a quién, si dios al hombre, o el hombre a dios.

Por eso Señor, Hombre Todopoderoso, te lo ruego, libérame de la esclavitud a que me tienes sometido, deja que me disuelva en la nada de la que un día me creaste, nos creaste, a tu imagen y semejanza.


Isaac Asimov.





domingo, 8 de diciembre de 2013

POEMA 27: "INVICTUS" DE WILLIAN E. HENLEY.

INVICTUS




Out of the night that covers me,
Black as the Pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.

In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.

Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.

It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.



William Ernst Henley.


Para los que no pueden entender el poema en versión original, se lo dejo aquí traducido:


INVICTUS


Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.


William Ernst Henley.

sábado, 7 de diciembre de 2013

POESÍA 26: "O CAPTAIN, MY CAPTAIN" DE WALT WHITMAN.


O CAPTAIN, MY CAPTAIN! 



1

O CAPTAIN! my Captain! our fearful trip is done; 
The ship has weather’d every rack, the prize we sought is won; 
The port is near, the bells I hear, the people all exulting, 
While follow eyes the steady keel, the vessel grim and daring: 
But O heart! heart! heart! 
O the bleeding drops of red, 
Where on the deck my Captain lies, 
Fallen cold and dead. 

2

O Captain! my Captain! rise up and hear the bells; 
Rise up—for you the flag is flung—for you the bugle trills; 
For you bouquets and ribbon’d wreaths—for you the shores a-crowding; 
For you they call, the swaying mass, their eager faces turning; 
Here Captain! dear father! 
This arm beneath your head; 
It is some dream that on the deck, 
You’ve fallen cold and dead. 

3

My Captain does not answer, his lips are pale and still; 
My father does not feel my arm, he has no pulse nor will; 
The ship is anchor’d safe and sound, its voyage closed and done; 
From fearful trip, the victor ship, comes in with object won; 
Exult, O shores, and ring, O bells! 
But I, with mournful tread, 
Walk the deck my Captain lies, 
Fallen cold and dead. 


Walt Whitman.

Para los que no lo pueden entender en su versión original, aquí lo dejo en su traducción en español:

OH CAPITÁN, MI CAPITÁN

1

Oh Capitán, mi Capitán:
nuestro azaroso viaje ha terminado.
Al fin venció la nave y el premio fue ganado.
Ya el puerto se halla próximo,
ya se oye la campana
y ver se puede el pueblo que entre vítores,
con la mirada sigue la nao soberana.
Mas ¿no ves, corazón, oh corazón,
cómo los hilos rojos van rodando
sobre el puente en el cual mi Capitán
permanece extendido, helado y muerto?

2

Oh Capitán, mi Capitán:
levántate aguerrido y escucha cual te llaman
tropeles de campanas.
Por ti se izan banderas y los clarines claman.
Son para ti los ramos, las coronas, las cintas.
Por ti la multitud se arremolina,
por ti llora, por ti su alma llamea
y la mirada ansiosa, con verte, se recrea.
Oh Capitán, ¡mi Padre amado!
Voy mi brazo a poner sobre tu cuello.
Es sólo una ilusión que en este puente
te encuentres extendido, helado y muerto.

3

Mi padre no responde.
Sus labios no se mueven.
Está pálido, pálido. Casi sin pulso, inerte.
No puede ya animarle mi ansioso brazo fuerte.
Anclada está la nave: su ruta ha concluido.
Feliz entra en el puerto de vuelta de su viaje.
La nave ya ha vencido la furia del oleaje.
Oh playas, alegraos; sonad, claras campanas
en tanto que camino con paso triste, incierto,
por el puente do está mi Capitán
para siempre extendido, helado y muerto.


Walt Whitman.

viernes, 6 de diciembre de 2013

"TODAS LAS LÁGRIMAS DE DORA MAAR" POR MANUEL VICENT.

TODAS LAS LÁGRIMAS DE DORA MAAR



"En el cuadro del Guernica aparecen cuatro mujeres entre los escombros del bombardeo, todas con la boca abierta por un grito de terror, las cuatro mujeres son la misma, Dora Maar, la amante de Picasso en aquel tiempo. Hay un detalle añadido: los ojos del toro erguido en el ángulo izquierdo también son los de Dora Maar, que en la realidad eran de un azul pálido y algún psicoanalista lacaniano sabrá explicar el significado de un toro con ojos de mujer, que a su vez son idénticos a los del guerrero, cuyo cuerpo se halla destrozado en la base del cuadro.

Picasso conoció a Dora Maar a principios de 1936. Su encuentro se ha convertido ya en una fábula excelsa de sadomasoquismo. Estaba el pintor una noche en el café Deux Magots de París con el poeta Paul Éluard y vio que en la mesa vecina una joven parecía entretenerse dejando caer la punta de una navaja entre los dedos separados de su mano enguantada, abierta sobre el mármol del velador. No siempre acertaba, puesto que el guante estaba manchado de sangre. El pintor se dirigió a ella en francés y la joven le contestó en un español gutural, la voz un poco ronca, temblorosa, con acento argentino. Después de una excitada conversación el pintor le pidió la prenda ensangrentada como recuerdo y ella le dio a Picasso no sólo el guante sino la mano y el resto del cuerpo, sin excluir su alma atormentada, no en ese momento, puesto que Picasso, presintiendo la tempestad amorosa que se avecinaba, echó tierra por medio y se fue a la Costa Azul, pero allí en casa de unos amigos comunes se volvió a encontrar con la mujer ese verano y ya no tuvo escapatoria. Bajo el esplendor mórbido del sol de Mougins, filtrado por los sombrajos de cañizo, sus cuerpos comenzaron a cabalgar en busca de la violenta alma contraria.

Dora Maar no era una neófita en esta batalla con los hombres. Venía de los brazos de Georges Bataille, rey de la transgresión erótica, con quien había experimentado todos los sortilegios de la carne. Según su teoría los burdeles deberían ser las verdaderas iglesias de París. Bataille, junto con Breton, lideraba el grupo surrealista de izquierdas Contre-Attaque, que se reunía en un ático muy amplio de la Rue des Grands Agustins, 7, y se había hecho famoso por el libro Historia de un ojo, una mezcla de pornografía y lirismo con aditivos de violencia, autodestrucción y ceguera: el ojo -huevo que se introduce en la vagina-. En ese mundo se movía Dora Maar, exótica, bella y radical, siempre coronada con sombreros extravagantes.

Dora Maar era pintora, fotógrafa y poeta, hija de madre francesa y de un arquitecto croata, instalado en París, que encontró trabajo durante algunos años en Argentina. Con ella atravesó Picasso los años de la Guerra Civil española y la ocupación nazi de París, desde 1936 a 1943, un tiempo en que el pintor vivía en medio de un vaivén de mujeres superpuestas. Su esposa Olga había sido suplantada por la dulce y paciente Marie Thérèse Walter, de la que le había nacido su hija Maya, y ese oleaje le había traído, como el madero de un naufragio, a Dora Maar, que tuvo que desplegar todas las artes para agarrar y no soltar los testículos de aquel toro español del Guernica, que según algunos críticos es el autorretrato del pintor.

A inicios del año 1937 el Gobierno de la República española le encargó un mural a Picasso para la Exposición Internacional de París, que iba a inaugurarse en el mes de mayo. El contrato lo formalizó el cartelista Josep Renau, director general de Bellas Artes, en un bistró de la Rue de Bôetie, sobre una servilleta de papel y después se fue a jugar al futbolín con Tristán Tzara. La tragedia española estaba en su apogeo. Picasso sólo quiso cobrar los materiales, el lienzo y las pinturas, que, por cierto, fueron de una evidente mala calidad, como demuestra el deterioro en que se encuentra la obra. Dora Maar conocía el ático de la Rue des Grans Agustins, donde había celebrado diversas ceremonias demoniaco-surrealistas. Se lo mostró a Picasso para que lo alquilara.

El local era famoso porque Balzac había situado allí la novela La obra maestra desconocida, que trata de la obsesión de un pintor por representar lo absoluto en un cuadro. Dora Maar pensó que en el local había espacio suficiente para trabajar en un cuadro de gran tamaño. Y en ese ático comenzó Picasso una doble lucha. Durante los primeros meses no se le ocurría nada. Comenzó a realizar bocetos en torno a una especie de tauromaquia en medio de la convulsión de los desastres de una guerra, mientras Dora Maar iba levantando acta con la cámara de los esfuerzos y arrepentimientos del artista. En unos bocetos el caballo relinchaba abajo, en otros el toro mugía de otro lado. Dora Maar era a la vez testigo y protagonista, puesto que su rostro de frente ovalada y grandes ojos como lágrimas se repetía en todos los intentos en distintas figuras femeninas. Picasso incluso dejó que su amante pintara algunas rayas.

Mientras el Guernica tomaba la forma definitiva, alrededor del lienzo se había establecido otra suerte de bombardeo, que causó una catástrofe amorosa. En el ático entró un día la dulce y paciente Marie Thérèse Walter y se enzarzó a gritos con Dora Maar. Con insultos que se oían desde la calle, le echó en cara el haberle robado a su amante, al que ella había dado una hija. A esta escena violenta de celos se unió Olga, la compañera legal, y mientras las tres mujeres gritaban, Picasso seguía alegremente pintando el Guernica, muy divertido. Esta reyerta explosiva se hizo famosa en el Barrio Latino. El día 26 de abril de 1937, cuando el cuadro ya estaba casi terminado, sucedió el espantoso bombardeo de Guernica por la Legión Cóndor. En homenaje a esa villa bilbaína, donde se conservaban los símbolos de un pueblo vasco, Picasso tituló el cuadro con su nombre. A partir de ese momento el Guernica se convirtió en un cartel universal contra la barbarie.

La batalla la había ganado Dora Maar. Ese mismo verano de 1937 se les ve muy felices en las playas de Antibes en compañía de otros seres maravillosos, desnudos en sillones y hamacas, Nush y su marido Éluard, Man Ray y su novia Ady, bailarina de Martinica, Lee Miller y Rolland Penrose, Jacqueline Lamba y André Bréton. Jugaban a intercambiarse los nombres y las parejas a la hora de la siesta y el más vanguardista en el sexo también era Picasso, que, según contaba Marie Térèse, solía practicar la coprofagia con sumo arte.

Picasso ejerció sobre Dora Maar otra suerte de sortilegio a la manera de su antiguo amante Georges Bataille. La convirtió en La mujer que llora: así aparece, erizada por el llanto en casi todos los cuadros en que ella le sirvió de modelo. Hasta su separación sumamente traumática Dora Maar fue la Dolorosa traspasada por siete navajas, que eran todas la misma que ella usaba el día en que se conocieron en el café Deux Magots, un símbolo del dolor de la guerra y del placer de la carne.

"Después de Picasso, sólo Dios", exclamó Dora Maar ante Lacan, el psicoanalista que la ayudó soportar el abandono del pintor. La mujer entró en una fase mística, se retiró del mundo, se encerró en su apartamento de París y sobrevivió un cuarto de siglo al propio artista. Murió en 1997, a los 90 años. En el Guernica sus ojos en forma de lágrimas se repiten en el toro, en el guerrero, en la madre que grita de terror con un niño muerto en los brazos, en la mujer que huye desnuda bajo las bombas, tal vez, desde un lavabo con un papel en la mano y en la que saca una lámpara por la ventana e ilumina todas las tragedias de la historia".

Manuel Vicent (En El País, 26.12.2009).

POESÍA 25: "CREACIÓN" DE CESARE PAVESE.

Creación



Estoy vivo y he sorprendido las estrellas en el alba.
Mi compañera continúa durmiendo y lo ignora.
Mis compañeros duermen todos. La clara jornada
se me revela más limpia que los rostros aletargados.

A distancia, pasa un viejo, camino del trabajo
o a gozar la mañana. No somos distintos,
idéntica claridad respiramos los dos
y fumamos tranquilos para engañar el hambre.
También el cuerpo del viejo debería ser sano
y vibrante -ante la mañana, debería estar desnudo.

Esta mañana la vida se desliza por el agua
el sol: alrededor está el fulgor del agua
siempre joven; los cuerpos de todos quedarán al
descubierto.
Estarán el sol radiante y la rudeza del mar abierto
y la tosca fatiga que debilita bajo el sol,
y la inmovilidad. Estará la compañera
-un secreto de cuerpos. Cada cual hará sentir su
voz.
No hay voz que quiebre el silencio del agua
bajo el alba. Y ni siquiera nada que se estremezca
bajo el cielo. Sólo una tibieza que diluye las estrellas.
Estremece sentir la mañana que vibre,
virgen, como si nadie estuviese despierto.

Cesare Pavese.
Para los que puedan leer y entender el italiano aquí lo dejo en su versión original:
“Creazione”
Sono vivo e ho preso le stelle all’alba.
La mia compagno continua a dormire e ignorarlo.
Tutti miei compagni dormire. Il giorno chiaro
pulitore mi è stato rivelato che i volti letargici.

Da lontano, passare un vecchia strada di lavorare
o per godersi la mattina. Noi non siamo diversi
respirare sia uguale chiarezza
e il fumo per calmare il ventre.
Anche il corpo del vecchio dovrebbero essere sani
e vibrante – prima la mattina, dovrebbe essere nudo.

Questa mattina la vita scivola attraverso l’acqua
e il sole circa il riflesso dall’acqua
Sempre giovane, i corpi di tutti per essere
scoperto.
Sarà il sole raggiante e la ruvidezza del mare aperto
la fatica e greggio indebolimento sotto il sole,
e l’immobilità. Essere la compagna
-Un corpo segreto. Ognuno sentirai la sua
voce.
Nessuna voce rompe il silenzio dell’acqua
sotto l’alba. E neppure tutto ciò che è spaventoso
sotto il cielo. Solo un calore che diluisce le stelle.
Sentite la mattina scuote vibra
vergine, come se nessuno fosse sveglio.

Cesare Pavese


RELATO: "EL ELEFANTE" DE SLAWOMIR MROZEK.

EL ELEFANTE



El director del Jardín Zoológico ha demostrado ser un advenedizo. Consideraba a sus animales simplemente como peldaños en la escalera de su propia carrera. Era indiferente a la importancia educativa de su establecimiento. En su Zoo la jirafa tenía un cuello corto, el tejón no tenía madriguera y los silbadores, habiendo perdido todo interés, silbaban rara vez y con cierta reluctancia. Estos fallos no deberían haber sido permitidos, especialmente dado que el Zoo era visitado a menudo por grupos de escolares.

El Zoo estaba situado en una ciudad provinciana, y le faltaban algunos de los animales más importantes, entre ellos el elefante. Tres mil conejos era un pobre substituto para el noble gigante. Sin embargo, a medida que nuestro país se desarrollaba, iban siendo colmados los huecos en forma bien planificada. Con ocasión del aniversario de la liberación, el 22 de julio, se le notificó al Zoo que finalmente se le había asignado un elefante. Todo el personal, devoto de su trabajo, se alegró ante esta noticia, y por consiguiente fue muy grande la sorpresa cuando se enteraron de que el director había enviado una carta a Varsovia, renunciando a la asignación  y presentando un plan para obtener un elefante por medios más económicos.

"Yo, y todo el personal", había escrito, "nos damos cuenta de la pesada carga que cae sobre los hombros de los mineros y los obreros metalúrgicos polacos a causa del elefante. Deseosos de reducir costos, sugiero que el elefante mencionado en su comunicado sea reemplazado por uno realizado por nosotros mismos. Podemos construir un elefante de goma, del tamaño correcto, llenarlo de aire y colocarlo tras una cerca. Será cuidadosamente pintado con el color correcto y hasta de cerca resultará indistinguible del verdadero animal. Es bien conocido que el elefante es un animal lento y pesado, y que ni corre ni salta. En el cartel de la cerca podemos indicar que este elefante en particular es especialmente lento y pesado. El dinero ahorrado de esta manera podrá ser dedicado a comprar un avión a reacción o a conservar algún monumento religioso. Le ruego humildemente que tenga en cuenta que tanto la idea como su ejecución son mi modesta contribución a la tarea y lucha comunes." 

"Quedo, etc."

Este comunicado debió llegar a algún burócrata sin alma, que contemplaba sus tareas en una forma puramente mecánica, y que no examinó la trascendencia del asunto sino que, siguiendo únicamente las directrices acerca de la reducción de gastos, aceptó el plan del director.

Al tener noticia de la aprobación del Ministerio, el director dio órdenes para que se confeccionara el elefante de goma.

Este iba a ser hinchado de aire por dos empleados que soplarían por extremos opuestos. Para mantener la operación en secreto, el trabajo se realizaría durante la noche, pues los habitantes de la ciudad, habiendo oído que iba a llegar un elefante al Zoo, estaban ansiosos por verlo. El director insistió en dar prisas, además, porque esperaba un premio, si su idea resultaba ser un éxito.

Los dos empleados se encerraron en un cobertizo que habitualmente albergaba un taller, y comenzaron a soplar. Tras dos horas de duros esfuerzos, descubrieron que la piel de goma apenas se había alzado unos centímetros sobre el suelo y que la masa no se parecía en lo más mínimo a un elefante.

Transcurría la noche. En el exterior, las voces humanas se habían acallado y solo los gritos de los chacales cortaban el silencio. Exhaustos, los empleados dejaron de soplar y se aseguraron de que el aire que ya estaba en el interior del elefante no se escapase. Ya no eran jóvenes y no estaban acostumbrados a este tipo de trabajo.

-Si seguimos a este ritmo-dijo uno de ellos-, no acabaremos antes de la mañana y, ¿qué es lo que le voy a decir a mi señora? Nunca me creerá si le digo que he pasado la noche hinchando un elefante.

-Tienes razón- admitió el segundo empleado-. El hinchar un elefante no es un trabajo que se dé todos los días. Y todo porque nuestro director es un izquierdista.

Siguieron soplando, pero después de otra media hora se sintieron demasiado cansados como para continuar. El bulto en el suelo era mayor, pero aún seguía sin tener la forma de un elefante.

-Cada vez resulta más difícil- dijo el primer empleado.

-Sí, es un trabajo cuesta arriba- convino el segundo-. Descansaremos un poco.

Mientras estaban descansando, uno de ellos se fijó en una tubería de gas rematada por una espita. ¿No podrían llenar el elefante con gas? Se lo sugirió a su compañero.

Decidieron intentarlo. Enchufaron el elefante a la cañería de gas, abrieron la espita y, para su alegría, vieron como a los pocos minutos se alzaba un animal de buen tamaño en el cobertizo. Parecía real: el enorme cuerpo, patas como columnas, grandes orejas y la inevitable trompa. Movido por su ambición, el director se había asegurado el tener en su Zoo un elefante verdaderamente grande.

-De primera clase- declaró el empleado que había tenido la idea de usar el gas-. Ahora ya podemos irnos a casa.

Por la mañana, el elefante fue trasladado a un lugar especial, muy céntrico, junto a la jaula de los monos. Colocado frente a una gran roca verdadera, parecía imponente y magnífico. Un cartel proclamaba: "Particularmente lento y pesado. Apenas si se mueve".

Entre los primeros visitantes de aquella mañana se hallaba un grupo de niños de la escuela local. El maestro que los tenía a su cargo planeaba darles una lección acerca del elefante. Detuvo al grupo frente al animal y comenzó:

-El elefante es un mamífero hervívoro. Por medio de su trompa arranca arbolillos y se come sus hojas.

Los niños estaban contemplando al elefante con embelesada admiración. Esperaban que arrancase un arbolillo, pero la bestia permanecía quieta tras la cerca.

-...el elefante es un descendiente directo del ya extinto mamut. Por consiguiente, no es sorprendente que sea el más grande de los animales terrestres hoy vivos.

Los alumnos más conscientes estaban tomando notas.

-...solo la ballena es más pesada que el elefante, pero la ballena vive en el mar. Podemos decir, con toda seguridad, que en tierra firme el elefante reina supremo.

Una suave brisa movió las ramas de los árboles del Zoo.

-...el peso de un elefante adulto es de tres y media a cinco toneladas.

En aquel momento, el elefante se estremeció y se alzó en el aire. Por unos segundos flotó a poca altura sobre el suelo, pero una ráfaga de viento lo arrastró hacia arriba hasta que su gigantesca silueta quedó recortada contra el viento.

Durante un corto espacio de tiempo, la gente pudo ver desde abajo los cuatro círculos de sus patas, su abultada tripa y la trompa, pero pronto, impulsado por el viento, el elefante voló sobre la cerca y desapareció por encima de las copas de los árboles.

Los asombrados monos se quedaron mirando al cielo desde el interior de su jaula.

Hallaron al elefante en el cercano jardín botánico. Había aterrizado sobre un cactus y había pinchado su piel de goma.

Los escolares que habían contemplado la escena en el Zoo pronto comenzaron a descuidar sus estudios y se convirtieron en gamberros. Se dice que beben licores y rompen ventanas. Y ya no creen en los elefantes.


Slawomir Mrozek.


jueves, 5 de diciembre de 2013

POESÍA 24:"CONFESIÓN" DE JUAN GUSTAVO COBO BORDA.


CONFESIÓN



Tu olor
el incontrovertible
y brutal olor del amor-
permanece intacto
mientras los besos
se volatilizan
en su propio júbilo
y la humedad
se hace una con la piel.
Tu olor, en cambio,
impregna hasta la médula.
Hasta ese lugar recóndito
donde el deseo anida
y obliga a dejar intactos
los platos del almuerzo
y a danzar de nuevo
hacia la cama,
muertos de hambre
de amor. 


Juan Gustavo Cobo Borda.